dor_id: 4115162

506.#.#.a: Público

590.#.#.d: Cada artículo es evaluado mediante una revisión ciega única

510.0.#.a: Arts and Humanities Citation Index, Revistes Cientifiques de Ciencies Socials Humanitais (CARHUS Plus); Latinoamericanas en Ciencias Sociales y Humanidades (CLASE); Directory of Open Access Journals (DOAJ); European Reference Index for the Humanities (ERIH PLUS); Sistema Regional de Información en Línea para Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal (Latindex); SCOPUS, Journal Storage (JSTOR); The Philosopher’s Index, Ulrich’s Periodical Directory

561.#.#.u: https://www.filosoficas.unam.mx/

650.#.4.x: Artes y Humanidades

336.#.#.b: article

336.#.#.3: Artículo de Investigación

336.#.#.a: Artículo

351.#.#.6: https://critica.filosoficas.unam.mx/index.php/critica

351.#.#.b: Crítica. Revista Hispanoamericana de Filosofía

351.#.#.a: Artículos

harvesting_group: RevistasUNAM

270.1.#.p: Revistas UNAM. Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial, UNAM en revistas@unam.mx

590.#.#.c: Open Journal Systems (OJS)

270.#.#.d: MX

270.1.#.d: México

590.#.#.b: Concentrador

883.#.#.u: https://revistas.unam.mx/catalogo/

883.#.#.a: Revistas UNAM

590.#.#.a: Coordinación de Difusión Cultural

883.#.#.1: https://www.publicaciones.unam.mx/

883.#.#.q: Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial

850.#.#.a: Universidad Nacional Autónoma de México

856.4.0.u: https://critica.filosoficas.unam.mx/index.php/critica/article/view/152/145

100.1.#.a: Pears, David

524.#.#.a: Pears, David (1975). La causación apropiadad de las acciónes básicas intencionales. Crítica. Revista Hispanoamericana de Filosofía; Vol. 7 Núm. 20, 1975; 39-72. Recuperado de https://repositorio.unam.mx/contenidos/4115162

245.1.0.a: La causación apropiadad de las acciónes básicas intencionales

502.#.#.c: Universidad Nacional Autónoma de México

561.1.#.a: Instituto de Investigaciones Filosóficas, UNAM

264.#.0.c: 1975

264.#.1.c: 2018-10-30

506.1.#.a: La titularidad de los derechos patrimoniales de esta obra pertenece a las instituciones editoras. Su uso se rige por una licencia Creative Commons BY-NC-ND 4.0 Internacional, https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/legalcode.es, para un uso diferente consultar al responsable jurídico del repositorio por medio del correo electrónico alberto@filosoficas.unam.mx

884.#.#.k: https://critica.filosoficas.unam.mx/index.php/critica/article/view/152

001.#.#.#: 034.oai:ojs2.132.248.184.97:article/152

041.#.7.h: eng

520.3.#.a: En el artículo se examina la intersección de dos problemas. (1) Dado que las acciones intencionales son causadas por deseos y creencias, ¿hay un modo especial en que tengan que ser causadas? (2) ¿tienen que ser intencionales las acciones básicas? Se desea averiguar si la ruta causal de las acciones básicas es restringida y se parte de estos problemas, los cuales se ilustran mediante ejemplos: (1) un pistolero desea matar a otro, le dispara y falla, pero el ruido le produce un ataque mortal al corazón. (2) un taquígrafo experimentado —T— imprime la letra ‘S’ con el segundo dedo de la mano izquierda. ¿Es la acción básica imprimir ‘S’ o mover el dedo? Si es la primera descripción, se refiere a algo exterior al agente —la máquina—, lo cual va contra la idea de acción básica. Si es la segunda descripción, puede no ser intencional en el caso de no saber qué dedo estaba usando, lo cual contradice las teorías existentes de que toda acción básica es intencional. La intersección de los dos problemas se ilustra con el ejemplo de un sirviente que desea romper un jarrón, se pone nervioso y su nerviosismo hace que se le caiga. Parecería que la acción no fue intencional porque la ruta causal fue inapropiada. No se discute si es que una acción intencional tiene que ser causada apropiadamente por deseos y creencias, se supone sólo que hay un elemento causal importante en el análisis de “acción intencional”. Se justifica la necesidad de introducir el problema de la acción básica porque se ocupará del “vestíbulo de la acción”. En la acción exterior la causación inapropiada se muestra como discordancia entre lo que sucede y la intención. En la acción “dentro del vestíbulo” se muestra de otra forma porque la descripción del movimiento corporal en términos de actitud no incluye la especificación de la ruta causal. I. ¿Cómo se conecta el que una acción sea básica con el que sea intencional? Goldman afirma que toda ab* es intencional, concluyendo que la ab de T es imprimir ‘S’ y asumiendo que un agente hace X intencionalmente sólo si sabe que está involucrado en hacer X. No está, empero, satisfecho con la conclusión, porque intuitivamente las ab son movimientos corporales descritos en términos puramente de actitudes. Considerando la cuestión a fondo, se puede decir que T no mueve el dedo con la intención específica de hacer el movimiento corporal, pero sí que tiene la intención general de hacer cualquier movimiento que lleve a imprimir la letra ‘S’. Esta distinción entre intención específica y general la cual, según el autor, es muy importante, se puede aplicar a muchos casos y revela el origen del problema de Goldman. Para el autor es obvio que hacer una acción intencionalmente bajo alguna descripción significa que se hace con intención específica y que una acción no puede ejecutarse con intención genérica si no existe en algún punto una intención específica. Lo importante es que el regreso para encontrar la acción hecha con intención específica no se detiene siempre en el movimiento corporal (caso de T). II. Respecto al problema (1) se analizan varios casos dentro del siguiente marco de referencia: para que un agente haga A intencionalmente, se requiere: i) que produzca A con intención específica, ii) Si A no es una ab, debe producirla por etapas confiables, iii) que las etapas correspondan con las especificaciones de su plan.. i) no es discutible, ii) es vago, pero elimina el azar y iii) se refiere a la ab y las etapas siguientes, si es que están especificadas. Se detallan los requisitos y se evalúan poniéndolos a prueba con casos divergentes y distinguiendo además, confiabilidad primaria —C1— en la que el objetivo se alcanza por etapas confiables, de confiabilidad secundaria —C2— en la cual es necesario que las etapas previas correspondan al plan. C1 y C2 son independientes. Si se da C2 pero no C1 y la acción alcanza su objetivo, decimos que es intencional aunque calificada como afortunada. Si se da C1 pero no C2 y el error en la ab se cancela con otro error en una etapa posterior, la acción es intencional y afortunada, pero por carecer de C2. En cambio si se da C1 y no C2, pero los errores no están en la ab, la acción es intencional sin calificación. Una ejecución en que falta C1 y C2 (ejemplo (1)), nos deja en duda acerca de la intencionalidad. III. Con relación a la causación apropiada de las ab, se critica la tesis de Goldman. Según ella los deseos y creencias causan las ab (hechas siempre con intención específica) y tienen que ser causadas de manera apropiada; pero considera que la cuestión de la ruta apropiada es una cuestión científica y no filosófica. Esto último implica que la investigación empírica es puramente técnica y que sus resultados son irrelevantes para el concepto de ab intencional. Se rechazan ambas implicaciones. En el caso del sirviente nervioso la ab no fue intencional porque la ruta causal fue inapropiada y para saberlo no hace falta conocimiento técnico. Tampoco es suficiente que el agente sepa que no es intencional. No bastan los hechos psicológicos y, con otros ejemplos en los que se cree que se hace una ab intencional pero la ruta es desviada por originarse la ab en una fuente externa, se prueba que la propiedad de la vía causal es un problema filosófico. C1 y C2 se aplican también a las ab, pero respecto a C2 hay que observar que el agente no especifica las diferentes etapas de su plan. Tiene una intención general pero no específica de enviar determinados impulsos nerviosos, esto es, sólo de enviar cualquier tipo de impulsos que causen el movimiento. Aquí C2 es una correspondencia global. Se plantea la siguiente objeción: si de este modo C2 se transformó en C1, entonces ‘cualquier etapa que cause el movimiento intentado’ significa sólo ‘cualquier etapa que lo cause de modo confiable’. Aun así hay una diferencia importante porque el primer enunciado alude a la existencia de una intención general por parte del agente. No basta la confiabilidad de las etapas, es necesario que se intente que lo sean aunque no se especifiquen. Se propone otra formulación más restringida. En las etapas previas de la ab hay que examinar la cadena causal. El primer eslabón importante es el evento neurológico inicial, el cual es condición esencial de la intencionalidad. Acerca de esto se formulan tres preguntas: i) ¿Se produce normalmente con intención específica? ii) ¿Es posible producirlo así? iii) ¿Es la ab instrumental? En respuesta a i), este evento es el llamado ‘acto de voluntad’ visto psicológicamente —no fisiológicamente— y se produce con intención específica. La causa se produce mediante la producción de sus efectos y no conduce al famoso ‘regreso al infinito’. En respuesta a ii), normalmente, por ignorancia, no se puede producir intencionalmente bajo una descripción fisiológica. Con un ejemplo se responde afirmativamente a la pregunta iii). Si se acepta esto, la intención general no puede ser la de producir cualquier secuencia de etapas previas, una de ellas tiene que ser este evento, o de lo contrario no hay intención consciente. En lo que se refiere a eslabones causales posteriores lo único que se exige es que pertenezcan a un tipo confiable de secuencia y que sean normales para un agente humano, o producidos por instrumentos que sean parte suya. Esta fórmula especifica las condiciones necesarias para una ab intencional. La objeción es, empero, correcta en términos generales. La C2 interna es diferente a la C2 externa, pero en aquélla lo que asegura la correspondencia entre la secuencia real y la intención general es la mutación y la selección natural y no la intención general. Javier Esquivel Notas a pie de página *En adelante usamos ‘ab’ en lugar de ‘acción básica’.

773.1.#.t: Crítica. Revista Hispanoamericana de Filosofía; Vol. 7 Núm. 20 (1975); 39-72

773.1.#.o: https://critica.filosoficas.unam.mx/index.php/critica

022.#.#.a: ISSN electrónico: 1870-4905; ISSN impreso: 0011-1503

310.#.#.a: Cuatrimestral

300.#.#.a: Páginas: 39-72

264.#.1.b: Instituto de Investigaciones Filosóficas, UNAM

doi: https://doi.org/10.22201/iifs.18704905e.1975.152

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245.1.0.b: The Appropriate Causation of Intentional Basic Actions

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No entro en nada

No entro en nada 2

Artículo

La causación apropiadad de las acciónes básicas intencionales

Pears, David

Instituto de Investigaciones Filosóficas, UNAM, publicado en Crítica. Revista Hispanoamericana de Filosofía, y cosechado de Revistas UNAM

Licencia de uso

Procedencia del contenido

Cita

Pears, David (1975). La causación apropiadad de las acciónes básicas intencionales. Crítica. Revista Hispanoamericana de Filosofía; Vol. 7 Núm. 20, 1975; 39-72. Recuperado de https://repositorio.unam.mx/contenidos/4115162

Descripción del recurso

Autor(es)
Pears, David
Tipo
Artículo de Investigación
Área del conocimiento
Artes y Humanidades
Título
La causación apropiadad de las acciónes básicas intencionales
Fecha
2018-10-30
Resumen
En el artículo se examina la intersección de dos problemas. (1) Dado que las acciones intencionales son causadas por deseos y creencias, ¿hay un modo especial en que tengan que ser causadas? (2) ¿tienen que ser intencionales las acciones básicas? Se desea averiguar si la ruta causal de las acciones básicas es restringida y se parte de estos problemas, los cuales se ilustran mediante ejemplos: (1) un pistolero desea matar a otro, le dispara y falla, pero el ruido le produce un ataque mortal al corazón. (2) un taquígrafo experimentado —T— imprime la letra ‘S’ con el segundo dedo de la mano izquierda. ¿Es la acción básica imprimir ‘S’ o mover el dedo? Si es la primera descripción, se refiere a algo exterior al agente —la máquina—, lo cual va contra la idea de acción básica. Si es la segunda descripción, puede no ser intencional en el caso de no saber qué dedo estaba usando, lo cual contradice las teorías existentes de que toda acción básica es intencional. La intersección de los dos problemas se ilustra con el ejemplo de un sirviente que desea romper un jarrón, se pone nervioso y su nerviosismo hace que se le caiga. Parecería que la acción no fue intencional porque la ruta causal fue inapropiada. No se discute si es que una acción intencional tiene que ser causada apropiadamente por deseos y creencias, se supone sólo que hay un elemento causal importante en el análisis de “acción intencional”. Se justifica la necesidad de introducir el problema de la acción básica porque se ocupará del “vestíbulo de la acción”. En la acción exterior la causación inapropiada se muestra como discordancia entre lo que sucede y la intención. En la acción “dentro del vestíbulo” se muestra de otra forma porque la descripción del movimiento corporal en términos de actitud no incluye la especificación de la ruta causal. I. ¿Cómo se conecta el que una acción sea básica con el que sea intencional? Goldman afirma que toda ab* es intencional, concluyendo que la ab de T es imprimir ‘S’ y asumiendo que un agente hace X intencionalmente sólo si sabe que está involucrado en hacer X. No está, empero, satisfecho con la conclusión, porque intuitivamente las ab son movimientos corporales descritos en términos puramente de actitudes. Considerando la cuestión a fondo, se puede decir que T no mueve el dedo con la intención específica de hacer el movimiento corporal, pero sí que tiene la intención general de hacer cualquier movimiento que lleve a imprimir la letra ‘S’. Esta distinción entre intención específica y general la cual, según el autor, es muy importante, se puede aplicar a muchos casos y revela el origen del problema de Goldman. Para el autor es obvio que hacer una acción intencionalmente bajo alguna descripción significa que se hace con intención específica y que una acción no puede ejecutarse con intención genérica si no existe en algún punto una intención específica. Lo importante es que el regreso para encontrar la acción hecha con intención específica no se detiene siempre en el movimiento corporal (caso de T). II. Respecto al problema (1) se analizan varios casos dentro del siguiente marco de referencia: para que un agente haga A intencionalmente, se requiere: i) que produzca A con intención específica, ii) Si A no es una ab, debe producirla por etapas confiables, iii) que las etapas correspondan con las especificaciones de su plan.. i) no es discutible, ii) es vago, pero elimina el azar y iii) se refiere a la ab y las etapas siguientes, si es que están especificadas. Se detallan los requisitos y se evalúan poniéndolos a prueba con casos divergentes y distinguiendo además, confiabilidad primaria —C1— en la que el objetivo se alcanza por etapas confiables, de confiabilidad secundaria —C2— en la cual es necesario que las etapas previas correspondan al plan. C1 y C2 son independientes. Si se da C2 pero no C1 y la acción alcanza su objetivo, decimos que es intencional aunque calificada como afortunada. Si se da C1 pero no C2 y el error en la ab se cancela con otro error en una etapa posterior, la acción es intencional y afortunada, pero por carecer de C2. En cambio si se da C1 y no C2, pero los errores no están en la ab, la acción es intencional sin calificación. Una ejecución en que falta C1 y C2 (ejemplo (1)), nos deja en duda acerca de la intencionalidad. III. Con relación a la causación apropiada de las ab, se critica la tesis de Goldman. Según ella los deseos y creencias causan las ab (hechas siempre con intención específica) y tienen que ser causadas de manera apropiada; pero considera que la cuestión de la ruta apropiada es una cuestión científica y no filosófica. Esto último implica que la investigación empírica es puramente técnica y que sus resultados son irrelevantes para el concepto de ab intencional. Se rechazan ambas implicaciones. En el caso del sirviente nervioso la ab no fue intencional porque la ruta causal fue inapropiada y para saberlo no hace falta conocimiento técnico. Tampoco es suficiente que el agente sepa que no es intencional. No bastan los hechos psicológicos y, con otros ejemplos en los que se cree que se hace una ab intencional pero la ruta es desviada por originarse la ab en una fuente externa, se prueba que la propiedad de la vía causal es un problema filosófico. C1 y C2 se aplican también a las ab, pero respecto a C2 hay que observar que el agente no especifica las diferentes etapas de su plan. Tiene una intención general pero no específica de enviar determinados impulsos nerviosos, esto es, sólo de enviar cualquier tipo de impulsos que causen el movimiento. Aquí C2 es una correspondencia global. Se plantea la siguiente objeción: si de este modo C2 se transformó en C1, entonces ‘cualquier etapa que cause el movimiento intentado’ significa sólo ‘cualquier etapa que lo cause de modo confiable’. 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Idioma
eng
ISSN
ISSN electrónico: 1870-4905; ISSN impreso: 0011-1503

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